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Las 5 consecuencias del aislamiento en Redes Sociales SRC – (II)

Última actualización 30/06/2019

Hace unas semanas compartí contigo lo que para mi se trata del peor de los errores de un community manager. Lo que yo llamo el Sindrome de Robinson Crusoe (SRC). Ahora toca identificar las consecuencias que tiene este aislamiento y el precio que una estrategia de social media paga por él.

Alambre de espinas a lo alto de un muro.

Alguno podría pensar que una empresa que se mantiene al margen de la interacción y del debate en redes sociales, se protege de posibles desventajas comparativas o que así evita polémicas que podrían poner en peligro su marca. La realidad es que obviar el hecho de que hay gente ahí afuera escuchándonos y contestándonos, podría considerarse como una tomadura de pelo por parte de nuestros clientes, que más tarde o más temprano terminarán haciéndonos unfollow o dislike.

Fortalecer el posicionamiento de la empresa dentro de una determinada comunidad es posible, si las acciones de social media se encuadran dentro de un plano de respeto máximo, enriqueciendo las relaciones con los participantes a través de nuestras dotes comunicativas y nuestra creatividad. El coste de oportunidad del aislamiento es algo difícilmente cuantificable, ya que la (anti)estrategia SRC, no da lugar a que las cosas sucedan. Esto no significa que este coste no exista. Existe y puede llegar a pagarse muy caro. El precio del aislamiento se puede traducir en:

  1. Pérdida de oportunidades – No tener en cuenta las opiniones o sugerencias de nuestros clientes nos impide descubrir sus necesidades y adaptarnos mejor a ellas. En ocasiones, una posible rivalidad puede derivar hacia una oportunidad de colaboración. Una duda resuelta puede convertirse en un potencial cliente. Una reclamación atendida correctamente puede fortalecer la relación empresa/cliente, etc.
  2. Crea barreras – El aislamiento supone una disminución del número de vínculos reales, por tanto, una renuncia a ofrecer un trato más cercano al cliente. No solo basta con tener followers o likes, sino que hay que conocerlos y conectar con ellos creando lazos más allá del propio follow. No interactuar, incrementa el aislamiento en la medida en que dejamos de construir nuevos vínculos y de fortalecer los ya construidos.
  3. Pérdida de liderazgo – Si no participas en la conversación, limitas notablemente tu capacidad de influenciar dentro de la comunidad lo que, a su vez, conduce a una pérdida de  posicionamento y liderazgo. 
  4. Genera desconfianza – Renunciar a debatir sobre aspectos que afectan al sector con el resto de participantes pueden ser interpretado como una falta de profesionalidad o de desconocimiento que puede generar desconfianza entre nuestros (potenciales) clientes. No olvidemos que la interacción es el fundamento de la comunicación en redes sociales.
  5. Genera tensión – Cuando renunciamos a las «invitaciones» a interactuar con la comunidad. Entiéndase una invitación como una mención o un hashtag compartido, por ejemplo. Las plataformas de redes sociales se alimentan de la cultura de compartir y la colaboración. Renunciar a compartir contenidos o no entrar en el debate puede generar una tensión innecesaria.

Parto de la base de que las redes sociales tienen su razón de ser en la interacción y entiendo esta como el pilar principal para la construcción de comunidades. Es por esto que me atrevería a decir que si padecemos el Síndrome de Robinson Crusoe no habrá posibilidades de éxito sea cual sea la estrategia que adoptemos en redes sociales.

¿Se te ocurren más consecuencias negativas?

Publicado enBlogEstrategia

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